Bratislava, capital de Eslovaquia, es conocida como “la ciudad de las estatuas”. Se merece una visita si estas de paso entre Viena y Budapest. Nosotros dedicamos un día para visitarla.
¿Cómo llegar a Bratislava desde Viena?
Las tres formas más comunes para llegar a Bratislava desde Viena son el autobús, el tren y el barco. Nuestra opción fue ir en tren, ya que como sabréis estamos realizando un interrail.
La duración del trayecto entre Viena y Bratislava es de aproximadamente una hora y el precio del billete es de unos 12 euros. Hay trenes cada hora de modo que no es necesario reservar asiento previamente.
Si os apetece recorrer el Danubio, en barco es una bonita forma de llegar a Bratislava. La duración del trayecto es de unos 75 minutos y el precio del billete cuesta entre 20 y 35€ por trayecto. Os dejamos la web para más información.
Al llegar al tren veréis un punto de información, donde te dan un mapa y te explican lo mejor de la ciudad. Allí mismo, en un estanco puedes comprar el billete de autobús que te lleva al centro de la ciudad. El autobús es el X13, y apenas cuesta 70 céntimos.
¿Qué ver en Bratislava?
El autobús nos deja junto a la iglesia de la Santísima Trinidad. Desde aquí avanzamos para entrar por la Puerta de San Miguel, la única que se conserva de la época medieval y que tiene una torre con un reloj.
El centro, veréis que es muy pequeño y no tiene pérdida. Durante el paseo, encontraremos preciosas plazas.
Previamente camino a la Plaza Hlavne, veremos el Palacio de Mirbach, de estilo rococó, el cual fue mandado construir en 1770 por un fabricante de cerveza. Actualmente es la sede de una expo de pintura y escultura barroca centroeuropea. En el centro podremos ver como destaca una fuente con las esculturas de Tritón y Ninfa.
A escasos metros encontramos la Iglesia y Monasterio de los Franciscanos. Este monasterio fue consagrado en 1297.
En la plaza Hlavne encontramos el Ayuntamiento, que alberga también el Museo Municipal.
Continuamos el agradable paseo unos metros hasta llegar al Palacio del Primado, del siglo XVIII.
Continuamos por la mejor calle de Bratislava, Laurinska 😉 hasta llegar al Palacio Palffy en junto a la calle Panska. En este palacio tocó Wolfang Amadeus Mozart, con solo 6 añitos. En los años 90, el palacio se convierte en la sede de la Embajada Austriaca.
Antes de subir al castillo, veremos Catedral de San Martín del siglo XV. Aquí era donde se coronoraban los reyes húngaros.
Cogemos fuerzas para subir al Castillo, una de las visitas top de la ciudad.
Actualmente acoge el Museo Nacional de Eslovaquia. Merece la pena el esfuerzo para disfrutar de las vistas.
Bajamos al centro de nuevo, y vamos a la Plaza Hviezdoslav, donde podemos ver el Teatro Nacional, un precioso edificio de estilo neo-renacentista.
Continuamos nuestra visita por la ciudad para ver las estatuas. La más popular es Čumil, un trabajador en una alcantarilla.
En la calle Rybárska brána esta el Bello Ignaz, que representante a un mendigo bien vestido con traje y regalaba flores a las mujeres.