Sintra situada en mitad de un parque natural, es una excursión imprescindible desde Lisboa.
Hay mucho que visitar en Sintra pero aprovechando bien el tiempo es posible que podáis ver bastantes cosas. El problema es en verano, ya que son tantos los turistas que lo visitan, que hacen que las colas sean interminables, así que eso puede hacer que en un solo día no puedas ver todo.
Llegamos en coche, y lo dejamos justo en el último hueco, del último parking. Tener en cuenta que habíamos madrugado para llegar a la hora de apertura, y aun así casi nos quedamos sin plaza.
Cuando salimos del Palacio, la carretera estaba literalmente colapsada. La gente llevaba dos horas parados e impotentes, porque el camino es de subida únicamente, así si que si te metes, ya no puedes dar la vuelta.
Si no tenéis coche, podéis llegar en tren en 40 minutos hasta Sintra.
Palacio Da Pena
El Palacio da Pena se encuentra en la parte más alta de la sierra de Sintra. Se trata de un palacio multicolor y con una arquitectura muy peculiar.
El príncipe Fernando II, se enamoró de Sintra, y por eso decidió montar aquí su residencia de verano. Quiso tener un palacio único y lo consiguió.
Según pasas la verja del Palacio, os intentarán vender el ticket para subir en autobús. Creo recordar que eran 3 euros. Realmente no merece la pena, porque enseguida se sube y mientras se disfruta de los jardines.
Accedemos al Palacio a través de una rampa, hasta llegar a la Puerta de la Rosa, de estilo árabe.
Tras la puerta de la Rosa, nos encontramos con la Puerta monumental, que nos lleva a la recepción del Palacio da Pena.
Atravesando este túnel entramos a la Terraza del Tritón.
Seguimos hasta el Patio de los Arcos. Ahí encontraremos la Puerta de las Calabazas, la entrada principal al Palacio Nuevo. Además, desde el patio tenemos acceso a la capilla del palacio.
También podemos bordear el palacio por el Paseo de Ronda hasta volver a la Terraza del Tritón.
Entramos a descubrir el Palacio, lo primero que vemos es el claustro manuelino.
A continuación el itinerario marcado y la fila india, nos lleva por las diferentes habitaciones y salas del palacio.
Finalmente, la visita al palacio nos lleva a las cocinas, donde veremos algunos de los utensilios de época.
Además del Palacio, merece la pena luego dar una vuelta por sus exóticos jardines.
Castelo dos Mouros
Bajamos un poco hasta la entrada del Castelo dos Mouros, una fortificación musulmana del siglo IX.
Para acceder camináis con cuidado por la carretera que sube al Palacio y a medio camino veréis una caseta y una puerta que accede hacia la muralla.
Nada más entrar, empieza un sendero, que nos lleva hasta los restos de la Iglesia de San Pedro de Canaferrim que alberga el Centro de Interpretación de la Historia del Castillo.
El castelo dos mouros se construyó durante los siglos VIII y IX, con la ocupación musulmana. Actualmente se han restaurado algunos tramos de la muralla, y se ha mejorado los senderos.
El Castillo ofrece en condiciones normales unas vistas espectaculares y se puede ver hasta el océano Atlántico. Muy cerquita de aquí, los bomberos luchan contra un foraz incendio, y es de tal envergadura que se ve como si hubiera “niebla” del humo.
Empezamos la visita por la muralla este del castillo donde se encuentra la zona más fortificada, el antiguo alcazaba.
Recorremos todas las murallas con cinco torres. La más destacada es la Torre Real.
Fado
Cuando terminanos de visitar el Castelo es ya la hora de comer. Bajamos al pueblo, y esta totalmente colapsado y no hay forma de llegar al centro. Así que entre eso, que es mi cumpleaños y tengo algo de fiebre, decidimos volver al hotel para poder descansar un poco, y salir pronto a cenar para ver un espectáculo de Fado. Dejamos pendiente de ver el resto de las maravillas de Sintra para otra ocasión.
Decidimos ir al barrio de Alfama, y allí mismo sobre la marcha, elegir un restaurante con espectáculo. Después de un par de vueltas, nos decantamos por uno, el que nos pareció que ofrecía el show de mejor calidad.
Efectivamente acertamos, y vivimos una estupenda actuación acompañada con bacalao. Os daremos más información detallada del sitio.
Para terminar el día, decidimos ir a tomar algo a la zona de las Docas. Al no ser muy tarde está el barrio bastante tranquilo. Fue la guinda para cerrar nuestra visita a Lisboa.
A partir de ahora nos esperan destinos más playeros y de descanso.
¡Nos vemos en la siguiente parada!