Batalha
Batalha es una pequeña villa, donde se sitúa su famoso monasterio. Hay que tener en cuenta que no dispone de estación de tren pero podéis llegar en autobús si no tenéis coche.
El Monasterio de Santa Maria da Victoria, debe su construcción a la victoria en la batalla de Aljubarrota, el 14 de agosto de 1385. El rey João I prometió que lo construiría si ganaban a los españoles, y junto a él fundó la población de Batalha.
La construcción del monasterio duró 150 años. Actualmente su valor monumental, lo ha llevado a ser nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Se divide en dos partes principales, la parte propio del monasterio, cuya entrada es de pago, y la iglesia donde podréis entrar de manera gratuita.
En la iglesia, según entramos a la derecha encontramos la “Capela do Fundador”. Se trata de un panteón dedicado a los reyes portugueses.
Si queréis ver el resto, la entrada normal son 6 euros y la estudiante 3 euros. El primer domingo de cada mes es gratuito.
Por lo demás, Batalha es un pueblo pequeño, con tiendas locales donde podréis comprar producto de la zona.
Nazaré
Nazaré es un pueblo muy peculiar y clásico pese al turismo. Tiene el encanto de un pueblo costero, unas bonitas playas y casas blancas.
En los últimos tiempos, además, Nazaré ha cogido fama por tener las olas más altas surfeadas.
Está divido en dos partes, Nazaré bajo, que está entre las montañas y la playa, y Nazaré alto, al que se accede a través de un funicular o por carretera.
Nosotros tenemos el alojamiento en la parte alta, el Barrio de Sitio, así que comenzaremos por ahí la visita.
Desde el Mirador de Suberco disfrutamos de las vistas.
Allí veremos también la Ermita de Memoria, que esta en una gruta del acantilado.
En la misma plaza se encuentra la Iglesia de Nossa Senhora de Nazaré, del siglo XIV.
Se encuentra también en la zona alta, el Museo Etnográfico y Arqueológico Doutor Joaquim Manso.
El barrio de Sitio, se comunica con la playa a través de un funicular.
En Nazaré bajo nos encontramos su centro, el antiguo pueblo marinero con calles estrechas, tiendas y restaurantes.
Nos sorprende también la cantidad de mujeres mayores con el traje típico, cantando fado y ofreciendo alojamiento.
Terminamos el día paseando por la playa de arena blanca. Veremos una zona infantil con atracciones, barcas expuestas, y señoras mayores secando y vendiendo el pescado.
¡Nos vemos en la siguiente parada!