A primera hora volamos a Krabi. Esta vez vamos al aeropuerto de Don Muang, situado a unos 25 km al norte, y el cual principalmente se destina para vuelos nacionales.
En menos de dos horas ya estamos allí. Cogimos un autobús para llegar hasta la playa de Ao Nang, donde habíamos reservado un día antes una habitación. Esta opción lógicamente os saldrá mucho más económica que el taxi.
El hotel estaba muy bien, y muy cerquita de la playa. Después de tantos días de viaje y kilómetros a nuestras espaldas, agradecemos llegar al paraíso. Decidimos dejar la playa para el final de la ruta para poder descansar y desde luego que agradecimos nuestra decisión.
Pasamos la tarde bañándonos en aguas cristalinas, y compramos las excursiones para los próximos días. Mi frase más repetida durante estos días fue…¡¡Esto es el paraíso!! No podía dejarlo de repetir…todavía no me creo que pude estar en unos sitios tan bonitos.
Al caer la noche nos vamos a cenar. Optamos por un italiano para variar un poco el menú. Ya que llevamos dos semanas comiendo cosas muy parecidas, arroz con pollo u otra carne.
Nos metemos en un restaurante que nos gusta la carta y además nos comentan que tienen unas ofertas por las pizzas así que decidimos probarlas. Me pedí una pizza de marisco, y solo puedo decir que estaba deliciosa, especialmente por la calidad de las gambas y mejillones.
De regreso al hotel, cogimos el postre en un puesto de rotis, que son una especie de crepes cuadrados. Los hay de todo tipo, dulces y salados. Mi favorito el relleno de plátano con crema de chocolate por encima…¡para chuparse los dedos! No dejéis de probarlo en vuestro viaje.
Pasaremos aquí varios días donde haremos las siguientes excursiones. Os dejamos los enlaces a las siguientes excursiones:
¡Nos vemos en la siguiente parada!